YouTube, la plataforma de video propiedad de Google, que se aplicó a la cuenta del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump levantando la prohibición comenzó a permitir la carga de videos. YouTube anunció que tomó esta decisión al equilibrar el riesgo de violencia con la oportunidad de transmitir las opiniones de candidatos políticos clave. La compañía declaró que Trump estará sujeto a las mismas políticas que otros usuarios.
YouTube bloqueó la cuenta de Trump para que no subiera videos después del ataque al Capitolio de los Estados Unidos el 6 de enero de 2021. Este ataque fue realizado por simpatizantes que querían cambiar los resultados de las elecciones presidenciales. Además, el sitio también eliminó ciertos videos, pero no eliminó por completo el canal. Meta y Twitter, en cambio, lo prohibieron por completo por temor a que las declaraciones de Trump pudieran incitar a la violencia.
Desde que se levantó la restricción de carga de YouTube, Trump aún no ha lanzado un nuevo video. En general, no utiliza Facebook, Instagram, Twitter y otros servicios que eliminan prohibiciones y otras restricciones. En cambio, opta por su propia plataforma Truth Social, que tiene un contrato que brinda acceso exclusivo al contenido durante al menos seis horas.
Este cambio de decisión se produce justo después de que los representantes republicanos en la Cámara de Representantes de EE. UU. anunciaran sus planes de plantear preguntas difíciles a los directores ejecutivos de los gigantes tecnológicos sobre sus políticas de regulación de contenido. Durante años, los conservadores han afirmado que Google, Meta y otras grandes marcas han censurado las opiniones de la derecha con el pretexto de combatir la desinformación y el discurso de odio. Las empresas han negado repetidamente estas acusaciones, e incluso ha habido evidencia de que las empresas a veces hacen excepciones a las políticas por temor a la reacción violenta de las publicaciones conservadoras.
La eliminación de restricciones en esta etapa es principalmente simbólica y no tiene significado práctico. Sin embargo, muestra la delgada línea que YouTube y otros gigantes de Internet están tratando de trazar entre la libertad de expresión y su deseo de mantener el contenido potencialmente problemático fuera de sus productos.