Las aplicaciones móviles ingresaron a 2025 con una fuerte aceleración como uno de los componentes en desarrollo más rápido de la economía digital. La digitalización, que ha ganado impulso con Pandema, ahora ha transformado permanentemente los hábitos de usuario de forma permanente. Los consumidores ya no descargan y usan aplicaciones; Al mismo tiempo, interactúa con las marcas, toma decisiones financieras, alcanza los servicios de salud y da forma a su vida diaria en torno a las experiencias móviles.
En el centro de esta transformación, hay dos fuerzas principales: la integración de la inteligencia artificial en la experiencia de la aplicación y la evolución en el comportamiento del usuario. Las aplicaciones ya no son no solo las herramientas que ofrecen funcionan, sino que se convierten en sistemas que reconocen, predicen e incluso dirigen al usuario. En este contexto, comprender la dinámica del ecosistema de aplicaciones móviles en 2025 es vital no solo para las iniciativas tecnológicas, sino también para las estrategias de marketing y financieras.